Tropezar con la fragilidad (2023)

Tropezar con la fragilidad. Advertir lo que se rompe durante un proceso de construcción. Develar las quebraduras al materializar lo buscado. Enfrentarse con lo delicado en la pesquisa del sostén. Escuchar la vulnerabilidad en cada movimiento.

Ensayar el cuidado, evitar los roces, las caídas, las roturas. La búsqueda de lo perdurable enfrenta a estar de cara con lo que se evita en silencio: lo endeble, lo débil. Pero así lo que puede romperse esconde cierta belleza perversa de lo efímero, de lo que se ansía por saborearse sin pausa por las dudas cambie bruscamente de forma.

El miedo a quebrarnos duele? ¿Deseamos ser invulnerables porque la fortaleza es una especie de ungüento para toda herida que cargamos a escondidas?.

Fragilidad no necesariamente es débil, o flojo, no es tampoco menos fuerte. En el territorio de la delicadeza es donde hay espacio para gestar lo fuerte. Y sin dudas no hay fortaleza donde no habita la fragilidad. Porque a través de la grieta es por donde puede entrar la luz.

Las obras de esta serie representan el hallazgo de la fragilidad como un accidente no buscado. Que cargó de preguntas sin respuesta a un proceso de construcción. Dónde la materia sufre transformaciones buscadas y otras impensadas. Donde la fragilidad apareció escondida detrás de la fortaleza.

 

Preguntas sin respuesta

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¿Qué es lo “frágil”? ¿Cómo huele? ¿Se ve? ¿Se siente? ¿Se piensa?
¿Es débil? ¿Es vulnerable?
¿Qué sabor tiene?

¿Dónde se aloja, se expresa? ¿En lo domestico? ¿En lo social? ¿En lo imaginario? ¿Se escucha? ¿Se percibe? ¿Qué color tiene?
¿Es alegre o melancólica?
¿La evitamos? ¿La tocamos? ¿La esquivamos? ¿La miramos? ¿La compadecemos? ¿Qué vínculo creamos con lo frágil?

¿Provoca generar movimientos especiales? ¿Acciones de cuidado? ¿Es fácil romper algo frágil?
¿Cómo vincularse con lo roto? ¿Lo reconstruimos? ¿Lo desechamos? ¿Se siente miedo por vulnerar lo débil?

¿Lo Fuerte es mejor que lo frágil?
¿Ser frágiles nos avergüenza? ¿Ser Fuertes nos enorgullece?